Resumen
Durante la última dictadura argentina se planteó, además de las maneras de actuar política y legalmente para exigir información sobre los desaparecidos, el desafío de su representación. Si el uso de pancartas con fotografías de identidad y las siluetas primaron en Argentina para denunciar la falta de esas personas en el espacio público, en otras latitudes también se gestaron diversas estrategias estéticas con los mismos fines. Surgida en Francia en 1979 y extendida por Europa y Estados Unidos, l’Association Internationale de défense d’artistes victimes de la répression dans le monde (AIDA) se proponía defender la libertad de creación en todos los países del mundo empleando las herramientas artísticas y actuando simultáneamente desde distintos puntos de los países centrales. ¿De qué manera evidenciar la ausencia? ¿Cómo sensibilizar a la opinión pública transnacional de la desaparición forzada? Analizando su campaña de repudio por “100 artistas argentinos desaparecidos”, este artículo demuestra que nombres y cuerpos fueron elementos centrales en las múltiples tácticas y repertorios estéticos empleados para representar a los ausentes y comprometer a la comunidad internacional a tomar cartas en ese asunto.